lunes, 30 de abril de 2007

A propósito de la Peregrinación a La Meca


Una persona, quien recientemente había realizado la Peregrinación y regresado a su ciudad natal, visitó al Imam Yunaid Al-Baghdaadi (que Dios se encuentre complacido con él). Después de que Yunaid le preguntó de dónde venía, aquí está el diálogo que ocurrió entre ellos:

Peregrino: Acabo de regresar de la Peregrinación a la Casa de Dios.
Yunaid:¿Has realizado la Peregrinación?
Peregrino: Sí, acabo de realizarla.
Yunaid: Cuando partiste de tu casa con la intención de la Peregrinación, ¿te arrepentiste de todos tus pecados?
Peregrino: No pensé en ello.
Yunaid: En ese caso, no debiste partir a la Peregrinación. ¿Y qué de tu viaje, tiempo de descanso y escalas? Cuando recorrías distancias, ¿también te moviste mentalmente y espiritualmente para acercarte a Dios? ¿En las escalas, persististe en su recuerdo?
Peregrino: No se me ocurrió.
Yunaid: Entonces, no has viajado realmente a la Casa de Dios. ¿Y qué acerca de ponerte la ropa del Ihrám y cambiar tu ropa usual? Al hacer ese acto, ¿abandonaste los hábitos y actitudes indeseables que han sido parte de tu rutina diaria?
Peregrino: No se me ocurrió.
Yunaid: ¡Lástima! Tú ni siquiera te pusiste el Ihrám. Pero, ¿experimentaste la presencia de Dios al estar en el Monte Arafát?
Peregrino: ¿Qué quieres decir?
Yunaid: Cuando estabas rezándole a Dios en Arafát, ¿Sentiste como si Él estuviera en frente de ti, y tú Le estuvieras observando?
Peregrino: No, eso no fue lo que sentí.
Yunaid: Entonces eso significa que ni siquiera alcanzaste la estancia en Arafát. Espero que hayas dejado tus deseos y aspiraciones mundanas en el área de Muzdalifah.
Peregrino: No pensé en ello.
Yunaid: Entonces, no has estado ni siquiera en Muzdalifah. ¿Cómo estuvo tu circunvalación alrededor de la Kába (Tawaf)? ¿Te sentiste abrumado por una atracción ardiente hacia la majestuosidad del Todo Poderoso, Dios durante Tauáf?
Peregrino: No lo creo.
Yunaid: Parece que tampoco realizaste el Tawaf. Tal vez entendiste el espíritu, sabiduría y objetivo de correr entre las colinas Safa y Marwah.
Peregrino: No realmente.
Yunaid: En otras palabras, no has realizado el Sái (correr entre Safá y Marwah). Dime acerca de los rituales de sacrificio. Mientras matabas al animal, ¿sacrificaste todos tus propios deseos y anhelos por Dios, el Altísimo?
Peregrino: Eso nunca vino a mi cabeza.
Yunaid: En ese caso, tú ni siquiera ofreciste sacrificio alguno. ¿Y qué cuando arrojaste las piedras pequeñas a los pilares en Yamarát? Al realizar ese ritual, ¿desechaste también las malas compañías, amigos malignos y planes sucios?
Peregrino: Eso tampoco pasó por mi mente.
Yunaid: Desafortunadamente tú tampoco realizaste el rami (arrojar piedras pequeñas).

Debes volver el año que viene y realizar toda la peregrinación de nuevo con los sentimientos, espíritu y actitud que te mencioné anteriormente para que pueda ser una verdadera simulación de las experiencias de Abraham, de quien habla el Sagrado Corán: “y Abraham, el quien cumplió [con sus promesas a Dios]” (El Corán, Capítulo An-Naym 53:37)

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